Hemos tenido la suerte de entrevistar a Cristina Amezola Downes Directora Técnica y propietaria de Bodegas Amezola.
¿Cómo empezó su relación con el mundo del vino?
Apenas tenía 7 años cuando mi tío y mi padre retomaron la tradición familiar, replantaron los viñedos y rehabilitaron la antigua bodega familiar del siglo XIX. Crecía y jugaba entre las viñas y los muros de los calados de la bodega. Cuando me incorporé a la bodega tras el fallecimiento de mi padre y mi tío en el 2006, con 24 años, para liderarla junto con mi hermana María, de 25 años, se puede decir que algo nos sonaba aunque evidentemente nos quedaba todo por aprender.
Su Vino favorito.
De los nuestros, el Iñigo Amezola 2011. Es un vino con expresividad frutal que no renuncia a la personalidad del Rioja. Un extraordinario ejemplo del potencial y desarrollo que tiene el tempranillo con fermentación maloláctica y batonajes semanales durante los ocho meses de crianza en barrica.
De entre los vinos que he tenido el placer de degustar, me quedaría con el Belondrade, un vino fino y elegante que sorprende tanto en nariz como en boca. Da igual la cosecha siempre es un acierto.
¿Qué puede aprender un principiante de sus vinos?
La esencia de Rioja. La gente nos dice continuamente que los Amezolas son fieles reflejos de lo que se espera del terroir de nuestra Denominación de Origen. Respetamos al máximo las viñas, no en vano producimos nuestros vinos únicamente de nuestras 60 hectáreas de viñedo propio, y procuramos llevar la cepa a la botella siempre con la filosofía de que sean vinos fáciles de beber.
Ayudan Parker y Peñín a la venta de vinos.
Todo suma. Qué duda cabe que Parker, Peñín y sus equipos, son unos excelentes profesionales con años de experiencia y miles y miles de catas a sus espaldas que saben lo que se hacen. Son referentes para mucha gente, tanto de la profesión como amateurs, y estar en sus listas, además de dar mucho orgullo a nuestro equipo, siempre ayuda a promocionar los vinos. En cualquier caso, siempre hay un reducto de clientes muy interesantes que tienen su criterio propio para los que por supuesto también estamos.
Su relación con otras Bodegas.
Me atrevería a decir que nuestro sector es un sector muy individualizado, quizás producto del hecho de que esté tan tremendamente atomizado. Sin embargo esa atomización también tiene mucho potencial y las bodegas pequeñas, como la nuestra, tenemos que saber aprovecharlo. Hay muchas oportunidades para aprender, para compartir experiencias, e incluso para hacer determinadas sinergias con bodegas de otras Denominaciones de Origen, de otros países incluso. Nosotros, la verdad tenemos mucha suerte y gracias, entre otras cosas, a nuestro enólogo francés Georges Pauli que ha trabajado a lo largo de todo el mundo tenemos muchos y muy buenos contactos.
Donde compra el vino ¿Vinoteca, pagina web…?
En cualquier parte, la verdad, tiendas, web, clubs de vinos, clubs en internet, cualquier plataforma o canal es bueno. Además del canal off-trade soy muy de probar y consumir todo tipo de vinos en los restaurantes y bares donde voy allá donde viaje. En esas ocasiones aprovecho para probar vinos autóctonos.
En una comida con amigos se beben sus vinos.
¡Claro! Por lo general pedimos nuestros vinos allá donde vamos y solemos llevar una botella bajo el brazo de alguna novedad, de alguna añada nueva que tengamos, pero también es verdad como te decía antes que nos gusta aprovechar y conocer cosas nuevas porque creemos que es muy enriquecedor.
¿Pueden ser las redes sociales un nuevo canal de venta?
Sí, por qué no. Las redes sociales están funcionando muy bien como plataforma de marketing y comunicación con los clientes. Es cierto que hay que saber manejarlas bien para sacarles el máximo rendimiento pero se podrían explotar mucho más incluso desde un plano comercial. De hecho muy posiblemente el futuro esté por ahí. En nuestro caso aún nos queda mucho por recorrer en este sentido.
¿Cuánto cuesta hacer un vino?
Es muy difícil decir. Está claro, y a las pruebas me remito por lo que uno ve en el mercado, que puede oscilar mucho dependiendo de la calidad de todas las materias primas y del esfuerzo humano que intervenga. Cosa distinta es como ese costo se vea reflejado en el precio… ese es otro cantar.
No puedo hablar por los demás, pero en nuestro caso concreto te puedo decir que cuando los clientes vienen a la bodega ven las viñas, las instalaciones y conocen de primera mano el proceso productivo, y a nuestro equipo, y terminan catando el vino se sorprenden por el trabajo, la dedicación y el esfuerzo que supone llevar el vino de la cepa a la botella y comprenden perfectamente porque tiene el precio que tiene.
Un consejo para los que están iniciándose en el mundo del vino.
Que no tengan miedo a arriesgarse, que disfruten degustando todo tipo de vinos porque sólo así es como conseguimos educar nuestros paladares para al final saber lo que nos gusta y lo que no nos gusta. Sin más florituras. Eso en definitiva es lo único importante y lo que ansiamos todos los que trabajamos en esto.
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